lunes, 14 de julio de 2008

Es un cuento de no acabar...

Pensaba, pensaba y pensaba en todo lo que había acontecido en el último tiempo, todo tan extraño, tan hiriente, tan irónico, perdón, trágico. Todo era así, todo era trágico y comedia, todo salvo una pequeña y a la vez inmensa cosa. Al fin sus sentimientos estaban claros, ya no era necesario referirse a una balanza para representar como se sentía, ya sabía a quién quería y cómo lo quería. Era acaso que al fin había encontrado aquella pequeña vía de escape que tanto anhelaba?
Estaba pensando en todo eso cuando su reproductor de música, el cual por cierto, estaba en estado aleatorio, comenzó a entonar una canción bien conocida por ella, pero que ya casi estaba su inconciente puesto que hace muchísimo tiempo no oía; eran violines, la mágica y hermosa melodía que sólo aquel instrumento puede otorgar... sí, era un violín... ese que cuando pequeña su madre se esforzó tanto en que le gustara y aprendiera a tocarlo. No puedo evitar recordar aquello, su madre enseñándole ya que ella era muy buena violinista, pero nunca logro hacer que tocara tan bien como ella, quizás lo suyo no era el violín, sino otro instrumento igual de hermoso, una flauta quizas, y no cualquiera...una traversa.
El violín traía tantos recuerdos, pero había uno en específico que no lograba entender, ella creía que era un sueño, sí... esos sueños que uno tiende a confundir con recuerdos, aunque había algo que le decía que era uno de los recuerdos mas preciados, ella misma no se perdonaba el haber olvidado algo tan, según su subconsciente, hermoso y mágico. Sólo recordaba que estaba en el sur... más nada.
Sur...sur... sur, cuantas ganas tenía de ir allá, hace ya un año que no paseaba por allá, siendo que desde pequeña siempre lo hizo. Quería ir, aunque fuera por un miserable día.
Era increíble todo lo que recordaba con esa melodía, podía recordar toda su vida... los violines la hacían recordar todo, todo... oh, mala idea, no siempre ayuda recordarlo todo.
Cambio la canción... su reproductor volvió a tocar canciones conocidas, esas que no son tan trascendentales para tu vida.
Suspiró...
No podía dejar de pensar en él...


Dejó el café sobre la mesa. Ya llevaba tres noches desvelado, le era imposible detener su escritura por algo tan banal como era dormir, pero ese día ya estaba lo suficientemente cansado como para continuar.
Guardó lo que había escrito, en la carpeta se leía el título "El principio de todo por..." aun debía pensar en un nombre.
El próximo capítulo se llamará 16 de Julio, pensó.

4 comentarios:

Pame dijo...

Si pudiera pensar, escribiría algo decente...
Pero... eso, en realidad me alegro que haya algo más claro^^
Te adoro! =)

Fernanda dijo...

Que bueno que haya algo claro en tu vida...me pegas eso porfa?xD

Las canciones...De verdad que las canciones son capaces de traer mil recuerdos
nose como es posible que una sola canción traiga tantos recuerdos en una persona...Por eso yo aveces prefiero no escuchar... pero como soy masoquista xD igual escucho jajaja

mi niña te amo enserio y amo hablar contigo por telefono sin preocuparme de lo que te diga xD

te adoro! =D

Rodrigo.- dijo...

obvio que mi futura esposa escriba tan mega bello...

la música es genial, por lo menos yo me siento capaz de lograr la sinestesia y por eso aquella dulce conjunción de sonidos me produce cosas desde dentro...

te kerooooooooo

Fofore ♥ dijo...

Oye oye oye, te quiero mucho!